Hablemos del aspecto que presenta Latinoamérica con respecto a la movilidad, sobre todo si tenemos en cuenta que en este continente se despachan más de 15.000 teléfonos móviles a la hora. La cifra es realmente abrumadora y da que pensar en cuanto a la situación en la que se encuentra la expansión de los dispositivos móviles en América Latina, pero ¿tiene ese dato una correlación real con la movilidad empresarial?

El panorama actual de la movilidad en Latinoamérica

La desaceleración como motor de la movilidad

La verdad es que la región está sometida a una fuerte presión económica, una vez que la desaceleración haya frenado las expectativas de una serie de países latinoamericanos que se estaban convirtiendo en auténticas locomotoras económicas para esta zona geográfica.

La crisis ha enfriado la economía y ello está obligando a muchas empresas a replantearse sus premisas de negocios, sobre todo si desean seguir sobreviviendo a la embestida de la crisis mundial.

Evidentemente, los ojos se están fijando en los nuevos modelos de negocios, que puedan garantizar la pervivencia en el tejido empresarial y todo ello pasa, indudablemente, por tener en cuenta las ventajas que presenta la movilidad empresarial.

Menos gasto en infraestructura, mayor eficiencia, empleados más productivos y más capacidad para retener el talento; es muy difícil decir que no a estas ventajas y, de hecho, se ha demostrado que el teléfono inteligente ha dejado de ser considerado como un artículo de lujo en la región y ha pasado a formar parte del instrumental de trabajo.

Lo cierto es que, hasta ahora, el latinoamericano media pedía un smartphone pequeño, que cupiese en el bolsillo y fuese llevadero. Esto lastraba las posibilidades que estos dispositivos pueden tener para el trabajo.

En 2016, la tendencia parece haber cambiado y ya se atreven con pantallas de 5,5 pulgadas. Al mismo tiempo, solicitan mayores prestaciones para el trabajo, como mejoras en la conectividad o una mayor duración de las baterías. Estas exigencias le ha puesto las pilas a la industria de la telefonía móvil que, en Latinoamérica, debe dar un paso adelante para facilitar el traspaso a la movilidad empresarial.
Foto en CC de hurk