Que la movilidad empresarial es un hecho y que no para de crecer es algo incuestionable, un dato con el que debemos contar en todas las previsiones de futuro, sobre todo si tenemos en cuenta que solo en el periodo de tiempo que va desde 2004 a 2009, los números respaldaron una evidencia atronadora: los trabajadores que realizaban sus tareas fuera de la oficina, a través de dispositivos móviles, pasaron de 650 millones a 850 millones. Este dato equivalía a la cuarta parte de la fuerza de trabajo a nivel mundial.

Los empleados móviles en Europa

La situación en el viejo continente

Según todos los estudios, en Europa un 10% de las empresas ha comprendido el mensaje y cuentan con planes de movilidad, diseñados para que sus fuerzas de trabajo puedan desarrollar sus tareas fuera de las sedes centrales de las compañías. De este modo no solo se aseguran una cobertura total por parte de los empleados móviles, también han mejorado notablemente su rendimiento empresarial.

De todos modos, aunque estas cifras pudieran parecer alentadoras, lo cierto es que aún son pocas las firmas que se han decidido por implementar soluciones integrales para la movilidad laboral y, de hecho, en muchos de estos lugares, los departamentos de TI apenas han habilitado el correo y las agendas electrónicas, sin software específico para que el empleado móvil trabaje cómodamente y como si estuviera en la oficina.

Las cosas en Europa chirrían con respecto a EE.UU., encargados de liderar la revolución mobile. De hecho, en 2010 ya contaban con un 70% de los trabajadores que empleaban dispositivos móviles para realizar su trabajo.

Según los expertos, existen varias cuestiones que impiden ese despegue en el viejo continente. Entre ellas cabe destacar el hecho de que para los CEO’s continúa sin ser prioritario el poner en marcha planes de movilidad y que las empresas siguen prefiriendo invertir en redes Wi-Fi en lugar de inclinarse por los dispositivos mobile. Las razones son siempre las mimas: miedo a brechas de seguridad y desconfianza hacia la forma de funcionamiento.

Sin embargo, las ventajas de adoptar la tecnología móvil son evidentes: ahorro de costes en desplazamientos y factura telefónica; mayor economía en labores administrativas; mejora en el sistema de facturación y mayor control sobre los proyectos.

Por si estos detalles no fueran suficientes para inclinar la balanza del lado de la movilidad empresarial, recordaremos que los trabajadores aumentan sus niveles de creatividad y productividad, como valor añadido para la compañía, y que también se percibe un notable aumento del nivel de satisfacción en el cliente.

Según un informe de la consultora IDC, las empresas no se lanzarán de cabeza al entorno móvil mientras que “los fabricantes, proveedores e integradores de sistemas no asuman mayores riesgos y se proporcione mejor soporte financiero a favor de la movilidad”.

Foto en CC: TheAndrasBarta

Nuevo llamado a la acción